Mi transformación

Llevaba allí, en esa pared colgada, demasiados siglos… sólo observando el paso del tiempo, la historia y la vida de otros.

Me creía una maravilla, la mirada de los visitadores se fijaban en mi estupefactos! Hasta que un día se acercó a mi un pequeño insecto, ala en los ojos… y huyó aterrorizado! ¿Habrá sido por mi sombrero? Era tan de moda… O tal vez haya sido por mi nariz?

Basta, me dije, los tiempos han cambiado! Y además que aburrimiento este silencio, el polvo, yo soy una señora y las damas del tercer milenio están en movimiento.

Así que aquí estoy lista para darles la bienvenida, mimarlos, y por qué no, para ofrecerles una rica taza de café!


Serafina Albertini, Princesa de Cimitile